Propone comenzar a preparar ya a los niños en materias como emprendimiento y economía y otras que aporten pensamiento crítico y habilidad de comunicación
Las generaciones que tendrán que convivir directamente con la robotización y la inteligencia artificial ya están en la escuela
Vigo, 17 de junio de 2016.- Nunca ha habido peor momento en el mercado laboral que el que se avecina, para aquellos que sólo poseen habilidades y conocimientos básicos o estándar, sin ningún otro valor añadido (personal o profesional). Previsiblemente, se agudizará la polarización de los empleos, entre los altamente capacitados (escasos y muy bien pagados) y los de baja cualificación (abundantes, mal pagados y con poco poder de presión). Es una de las principales conclusiones de un documento elaborado por el Círculo de Empresarios de Galicia tras la mesa-debate que, sobre ‘Automatización, inteligencia artificial y robótica’ y dirigida por José Manuel Alarcón, ingeniero industrial y director de Krasis, celebró recientemente.
El documento es base para insistir en la demanda de un pacto de Estado en materia de educación y de un nuevo sistema educativo, que empiece a preparar ya a los niños en materias como el emprendimiento, capacidad de pensamiento crítico, habilidades en comunicación, conocimiento humanístico o inteligencia emocional.
Para el Círculo, garantizar el futuro de las nuevas generaciones que han de convivir directamente con la robotización avanzada y la inteligencia artificial (y que ya están en las aulas) pasa indefectiblemente por un esfuerzo continuado y controlado en educación, con exigencia de eficiencia a los agentes directamente involucrados en el sistema. Así, Círculo, además de un nuevo modelo educativo ajustado a las nuevas tecnologías y a un alumno a cuyas necesidades no responde el sistema tradicional, apuesta por una selección más exigente del profesorado e, incluso, por vincular su eficiencia a la retribución.
Tomar medidas para mejorar la deficiente posición de España entre los países de la OCDE en esta materia requiere un compromiso férreo de toda la sociedad y un pacto nacional que permita evitar la pérdida de talento en edades tempranas (fracaso escolar), además del éxodo de nuestros jóvenes mejor preparados. No hay, a juicio del Círculo, nada más importante para nuestro país que el talento de nuestra gente.
No está acreditada la relación robotización-desempleo
Dejando al margen el debate sesgado hacia los efectos destructivos que pueden causar los actuales procesos de robotización e inteligencia artificial, Círculo opina que, hasta ahora, no se ha demostrado una relación directa entre robotización y desempleo (más vinculado a los vaivenes económicos). Los primeros robots comenzaron a utilizarse en la industria americana del automóvil ya en los años 60, pero ni las estadísticas americanas de paro ni las españolas reflejan una relación directa.
No obstante, Círculo se hace eco de algunos estudios internacionales que apuntan hacia la automatización del empleo: “En 2030 estará automatizado el 47% de trabajos de cualificación media que existen actualmente en países desarrollados; frente a opiniones catastrofistas, lo previsible es que, en buena parte, sean sustituidos por trabajos todavía desconocidos”. Los puestos intermedios serán los más afectados y esto podría debilitar a los trabajadores: “no se descarta presión laboral de esos cargos intermedios sobre personal no cualificado, al que podría desplazar, produciendo una sobrecualificación extrema en puestos base y la consiguiente merma salarial”.
Así pues, es previsible que algunos sectores o actividades se vean notablemente afectados (prensa, abogacía, medicina…). Otros, sin embargo, serán fortalecidos por la demanda social: ocio, cuidados personales, fuerzas del orden, investigadores de mercados y otros en los que la visión global, la capacidad de expresión y la creatividad suponen valor añadido. Además, la nueva economía podría favorecer los trabajos individuales (autónomos) de un nuevo perfil profesional, ‘artesanos del conocimiento’, poco dados a atarse a una empresa. Esta tendencia se ha visto potenciada por la disponibilidad de las tecnologías de la información, y la reciente crisis financiera ha animado (si bien de forma involuntaria al principio) a muchas personas a moverse hacia ese perfil en el que comienzan a encontrarse cómodos.
El problema, en todo caso, no será la robotización sino “la concentración de la riqueza (las 85 personas más ricas del mundo poseen tanto dinero como las 3.5000 millones más pobres)”, al que se añadirá “la insatisfacción que puede producir el hecho de que se ligue trabajo a realización y desarrollo personales y a felicidad”.
Un debate en el aire
Todo lo anterior exige medidas que pasan por la eliminación de barreras para la creación de empresas, fomentando las figuras del autónomo y la pyme (como punto de partida para la creación de grandes empresas arraigadas, en la medida de lo posible, al territorio y propiciar la distribución de la riqueza), mejorar el sistema de financiación y el control de la investigación, y velar por la preponderancia de los valores humanos sobre intereses económicos.
Hay, además, un debate en el aire que quizá haya que afrontar: Suiza acaba de votar en contra del establecimiento de una renta social básica (RSB). El debate no es nuevo: la RSB existió en el mundo árabe (s.VII y VIII) y fue defendida por más de un millar de economistas en la década de los sesenta en USA; Friedman hizo otra aportación: impuestos negativos para complementar salarios. Con sus pros (red de seguridad permanente, garantía de fluidez en el sistema económico, evitar el abuso de los trabajadores más débiles, fomento de la creatividad) y sus contras (podría poner en jaque la sostenibilidad del sistema y abre grandes interrogantes sobre la productividad), el debate está ahí.
Documento íntegro de conclusiones: Documento robotización
