El presidente de la Xunta impuso esta noche la Medalla de Oro del Círculo al consejero delegado de Hijos de Rivera, S.A.U
Vigo, 14 de noviembre de 2014.- Ignacio Rivera, “un hombre que es feliz haciendo lo que hace y que aconseja soñar, porque soñar es gratis y, a veces, es muy rentable”, está llevando el nombre de Galicia, “insertado en su ADN, a todas las partes del mundo”. Así se refirió el presidente del Círculo de Empresarios de Galicia, Javier Garrido, a Ignacio Rivera, consejero delegado de Hijos de Rivera, S.A.U., quien esta noche recibió, de manos del presidente de la Xunta de Galicia, la Medalla de Oro del Círculo.
La entrega de la Medalla tuvo lugar en el transcurso de un acto institucional, conmemorativo además del decimoséptimo aniversario de la entidad, al que asistieron más de 170 personas, entre las que, además del presidente de la Xunta, se encontraban la ministra de Fomento, el alcalde de Vigo, el delegado del Gobierno, los conselleiros de Presidencia y Facenda, las presidentas del Parlamento de Galicia, del ICO y del Consello Económico y Social, así como los presidentes de las Autoridades Portuarias de Vigo y Vilagarcía, de la CEG y de la CEP y de la Cámara de Comercio de Vigo.
Garrido, que comenzó el acto con un discurso en el que tuvo un emotivo recuerdo para los socios fallecidos, y en especial para el fundador Salvador Fernández Troncoso, abogó por renovar el papel del Círculo de Empresarios de Galicia como parte activa de la sociedad civil y de contribuir así al fortalecimiento del sistema democrático y de la imagen de España.
“Lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta como colectivo y como sociedad”, dijo. “Posiblemente debamos implicarnos más, porque así ganamos todos: las empresas, que trasladan colectivamente sus preocupaciones, demandas y propuestas; la administración, que se enriquece conociendo puntos de vista que pueden ser o no distintos; y el país en general, porque la contraposición de ideas sensatas nos lleva a soluciones sensatas y la seriedad de esos debates repercute en una imagen positiva en el exterior”.
“Romper trabas nos ha prestigiado siempre”
Asimismo, Garrido animó a los asistentes a “ser comerciales del propio país” y a “empezar a pensar en grande, y eso significa abrirnos a lo más lejano, pero también a lo más cercano”, y aludió al prestigio del Círculo, subrayando que “romper trabas nos ha prestigiado siempre”.
En este sentido, apuntó al hecho de que Hijos de Rivera “está en las mesas de la inmensa mayoría de los hogares gallegos” y que esta empresa familiar ha llegado ya a su cuarta generación.
Ignacio Rivera, nacido en A Coruña en 1965,es licenciado en Administración y Dirección de Empresas en ICADE y Máster MBA en Esden. Llegó al departamento comercial de la empresa en 1990, tras el fallecimiento de su hermano en accidente de tráfico. Se encargó entonces de la gestión comercial, expansión de mercados y nuevos productos.
En aquel entonces, el negocio era 100 % cervecero. Con el plan de modernización y expansión, la compañía se amplió a las aguas minerales a través de la adquisición de los manantiales de Cabreiroá en Verín y Agua de Cuevas en Asturias. Se introdujo en el segmento de la sidra con la compra de Sidrería Gallega en Chantada, la actual Customdrinks. Y se sumó la bodega Ponte da Boga, ubicada en la Ribeira Sacra. Con los años la empresa creció también hacia el negocio de la distribución y se introdujo en el sector de la hostelería y del diseño de interiores a través de las empresas Giste y Desymo respectivamente.
Desde 1990, Ignacio Rivera ha ido asumiendo diferentes responsabilidades en la compañía: de la dirección comercial y de marketing, a la dirección general. Desde 2012, es consejero delegado de Hijos de Rivera, responsabilidad que compagina con cargos en diferentes consejos de administración de otras empresas.
“Desde 1990 hasta ahora, hemos visto evolucionar esta marca desde las dunas de Corrubedo hasta la estrella que se cayó en el jardín, pasando por las fiestas ‘jolgorrio’ de Maruxa, en las que se consume una cerveza “exageradamente buena” que está “de escándalo”, reparó Garrido, en alusión a las conocidas campañas publicitarias de Estrella de Galicia.
Hijos de Rivera sigue siendo una compañía independiente, familiar y 100 % nacional. En los últimos cinco años, ha duplicado su facturación hasta los 230 millones de euros, ha registrado un crecimiento anual de su plantilla del 10 %, hasta los 800 trabajadores, y su inversión alcanzó los 140 millones. Además, se ha consolidado como un operador Premium nacional de prestigio, con una marcada vocación internacional que la ha llevado a contar con filiales propias en Brasil, Estados Unidos, Japón, China y Filipinas, además de exportar a más de treinta países. De cara al futuro, sus objetivos son fortalecer la imagen en el segmento Premium, desarrollar el negocio del agua mineral, producir cerveza en Brasil y facturar 300 millones de euros en 2015.
La entrega de la Medalla tuvo lugar en el transcurso de un acto institucional, conmemorativo además del decimoséptimo aniversario de la entidad, al que asistieron más de 170 personas, entre las que, además del presidente de la Xunta, se encontraban la ministra de Fomento, el alcalde de Vigo, el delegado del Gobierno, los conselleiros de Presidencia y Facenda, las presidentas del Parlamento de Galicia, del ICO y del Consello Económico y Social, así como los presidentes de las Autoridades Portuarias de Vigo y Vilagarcía, de la CEG y de la CEP y de la Cámara de Comercio de Vigo.
Garrido, que comenzó el acto con un discurso en el que tuvo un emotivo recuerdo para los socios fallecidos, y en especial para el fundador Salvador Fernández Troncoso, abogó por renovar el papel del Círculo de Empresarios de Galicia como parte activa de la sociedad civil y de contribuir así al fortalecimiento del sistema democrático y de la imagen de España.
“Lo que ocurre a nuestro alrededor nos afecta como colectivo y como sociedad”, dijo. “Posiblemente debamos implicarnos más, porque así ganamos todos: las empresas, que trasladan colectivamente sus preocupaciones, demandas y propuestas; la administración, que se enriquece conociendo puntos de vista que pueden ser o no distintos; y el país en general, porque la contraposición de ideas sensatas nos lleva a soluciones sensatas y la seriedad de esos debates repercute en una imagen positiva en el exterior”.
“Romper trabas nos ha prestigiado siempre”
Asimismo, Garrido animó a los asistentes a “ser comerciales del propio país” y a “empezar a pensar en grande, y eso significa abrirnos a lo más lejano, pero también a lo más cercano”, y aludió al prestigio del Círculo, subrayando que “romper trabas nos ha prestigiado siempre”.
En este sentido, apuntó al hecho de que Hijos de Rivera “está en las mesas de la inmensa mayoría de los hogares gallegos” y que esta empresa familiar ha llegado ya a su cuarta generación.
Ignacio Rivera, nacido en A Coruña en 1965,es licenciado en Administración y Dirección de Empresas en ICADE y Máster MBA en Esden. Llegó al departamento comercial de la empresa en 1990, tras el fallecimiento de su hermano en accidente de tráfico. Se encargó entonces de la gestión comercial, expansión de mercados y nuevos productos.
En aquel entonces, el negocio era 100 % cervecero. Con el plan de modernización y expansión, la compañía se amplió a las aguas minerales a través de la adquisición de los manantiales de Cabreiroá en Verín y Agua de Cuevas en Asturias. Se introdujo en el segmento de la sidra con la compra de Sidrería Gallega en Chantada, la actual Customdrinks. Y se sumó la bodega Ponte da Boga, ubicada en la Ribeira Sacra. Con los años la empresa creció también hacia el negocio de la distribución y se introdujo en el sector de la hostelería y del diseño de interiores a través de las empresas Giste y Desymo respectivamente.
Desde 1990, Ignacio Rivera ha ido asumiendo diferentes responsabilidades en la compañía: de la dirección comercial y de marketing, a la dirección general. Desde 2012, es consejero delegado de Hijos de Rivera, responsabilidad que compagina con cargos en diferentes consejos de administración de otras empresas.
“Desde 1990 hasta ahora, hemos visto evolucionar esta marca desde las dunas de Corrubedo hasta la estrella que se cayó en el jardín, pasando por las fiestas ‘jolgorrio’ de Maruxa, en las que se consume una cerveza “exageradamente buena” que está “de escándalo”, reparó Garrido, en alusión a las conocidas campañas publicitarias de Estrella de Galicia.
Hijos de Rivera sigue siendo una compañía independiente, familiar y 100 % nacional. En los últimos cinco años, ha duplicado su facturación hasta los 230 millones de euros, ha registrado un crecimiento anual de su plantilla del 10 %, hasta los 800 trabajadores, y su inversión alcanzó los 140 millones. Además, se ha consolidado como un operador Premium nacional de prestigio, con una marcada vocación internacional que la ha llevado a contar con filiales propias en Brasil, Estados Unidos, Japón, China y Filipinas, además de exportar a más de treinta países. De cara al futuro, sus objetivos son fortalecer la imagen en el segmento Premium, desarrollar el negocio del agua mineral, producir cerveza en Brasil y facturar 300 millones de euros en 2015.