Las exportadoras gallegas representan el 4 % del total nacional, y el valor exportado asciende al 8 % • Círculo apuesta por ayudar a encauzar la vocación empresarial exportadora
Vigo, 17 de junio de 2014.- Galicia precisa incrementar su base de empresas exportadoras en 1.200, hasta alcanzar las 7.500, según los cálculos realizados por el Círculo de Empresarios de Galicia, que acaba de presentar el documento ‘Internacionalización: ¿Por qué? La necesidad y urgencia de una mayor apertura exterior del sistema productivo gallego’.
Este documento, que se encuadra en la serie ‘Cuadernos para el Debate’ con el número 24 y que ha sido elaborado por el Foro de Entorno Socioeconómico, pretende hacer una reflexión sobre el actual grado de internacionalización de la economía gallega y, al mismo tiempo, orientar a aquellas empresas que se están planteando comenzar el camino de la internacionalización. De forma concisa, aborda además la necesidad de que las políticas industriales aboguen por una colaboración público-privada mucho más activa.
Así, el FES repara, en primer lugar, en la intrínseca relación entre innovación e internacionalización y sus efectos en la competitividad de un país, y analiza la evolución de ambos factores en los últimos años, en especial entre 2007 y 2013.
Galicia ha retrocedido a niveles de 2006 en lo que se refiere a inversión en I+D, y todavía peores han sido los resultados en innovación, según los últimos datos publicados por el INE correspondientes a 2012. Fue este también el peor año en el comercio exterior gallego, cuya excelente evolución desde principios de los 90 “se interrumpió en 2008, empeoró en 2009 y parecían comenzar a recuperarse en 2010 y 2011”, para registrar una fuerte disminución en 2012, recoge el documento, que, no obstante, lo achaca a una situación coyuntural, a la vista de la notable recuperación del pasado año.
Comercio exterior
La crisis parece haber servido como acicate para animar a la internacionalización. De hecho, en 2007, el número de exportadoras gallegas era de 4.724; en 2013, fue de 6.375. Sin embargo, ese notable incremento, 35 %, fue veinte puntos inferior a la media española (55 %). “Llama la atención el escaso peso porcentual de las empresas gallegas sobre el cómputo nacional (4,22 de cada 100 españolas), máximo cuando nuestras exportaciones representan entre el 8 y el 9 %”, señala el documento, que lo achaca a un alto grado concentración sectorial de las exportaciones, “derivado de la existencia de unas pocas grandes empresas, frente a la generalidad de nuestra estructura económica, conformada predominantemente por pymes, cuando no micropymes”.
Una concentración que tiene también su reflejo en el desglose de nuestras ventas sectoriales. Así, cuatro capítulos (automoción, prendas y complementos, combustibles minerales y pesca) suponen el 57 % del total de nuestras exportaciones. No obstante, la crisis ha animado a empresas de madera y muebles, aluminio, metal o calzado a buscar en el exterior el mercado que no encontraba en España, con resultados en algunos casos sorprendentes.
Igualmente se puede hablar de concentración geográfica, en lo referente a los clientes de empresas gallegas: los países europeos (con Francia y Portugal a la cabeza) siguen siendo el destino del 74 % de nuestros productos (el 80 % en 2007), pero se aprecia cierta tendencia a diversificar mercados, especialmente hacia Sudamérica y África del Norte.
Por otra parte, el Foro alude también a la inversión gallega en el exterior y a la inversión foránea en Galicia, reparando en la sustancial diferencia entre una y otra (11,7 millones y 2,8 millones en catorce años, respectivamente), por lo que considera que sería necesario difundir “una imagen de la comunidad que, más allá del papel meramente turístico, responda a la realidad social, económica, industrial y política, así como a la potencialidad derivada de esos recursos y de su posición estratégica”.
¿Apostar por la internacionalización?
La ampliación de la UE, la libre circulación de personas y mercancías, el desarrollo socioeconómico de los países emergentes y los procesos de deslocalización, son factores que facilitan el proceso de internacionalización. En el lado opuesto, la insuficiente profesionalización, la atomización empresarial, la escasa colaboración y la dispersión de actividades, ayudas y servicios de apoyo son algunos de los factores que no animan a apostar por los mercados exteriores.
El documento parte de un interrogante- ¿son todos los sectores susceptibles de internacionalización?- y pretende orientar al empresario que decide dar ese paso. Además de las guías editadas por la administración, aconseja aprovechar los contactos personales, las experiencias de otros empresarios y las nuevas tecnologías que están permitiendo que pequeñas empresas accedan a los mercados internacionales; y apostar por estrategias empresariales que propicien la formación del personal en materia de comercio exterior.
Empresas y administración deben implicarse además en políticas que propicien la vocación internacionalizadora, “para evitar que la vista hacia otros mercados sea forzada, obligada por las circunstancias y, por tanto, puntual. Resulta perentorio ‘provocar’ esa vocación en un número suficiente de empresas que garantice fehacientemente la competitividad de la economía gallega”.
Incide el FES en el papel de las nuevas tecnologías, cuyo uso adecuado por parte de las administraciones las convertiría en una poderosa herramienta no sólo para facilitar toda la información posible (recursos, actividades, ayudas), sino también para dar soporte a directorios de empresas españolas y contactos en el exterior, para eliminar burocracia y difundir una imagen real que resulte atractiva a posibles inversores extranjeros.
Documento íntegro