Por: Juan Güell. Socio-director de Dosvalor, Coordinador de Redinvest
Con prácticamente el 54 % de desempleo entre los jóvenes, la cosa no pinta bien. No sólo porque es un dato desalentador, sino porque posiblemente no dice toda la verdad. No incluye ese porcentaje a quienes, desanimados, han decidido probar fortuna en otros países ni a los que han optado por continuar su formación, a la espera de mejores tiempos. Tampoco incluye al licenciado con dos titulaciones que sirve hamburguesas, al que se considera… ¿empleado? Y habría que preguntarse también en qué condiciones asumen los jóvenes su primer empleo… y si vale la pena.
Puesto así negro sobre blanco, la pregunta que debemos plantearnos es hacia dónde dirigir a nuestros jóvenes, habida cuenta de que los países más desarrollados encauzan el talento hacia el tejido productivo. España es, sin embargo, uno de los países europeos con menos cantera emprendedora. Es ésta una asignatura pendiente en la que debería volcarse el sistema educativo, del que todavía sale uno de los más elevados porcentajes de aspirantes a funcionarios de los países de nuestro entorno, según una reciente encuesta de Young Business Talent.
No hay formación de emprendedores, ni tradición; el fracaso está mal visto (frente a lo que ocurre en países anglosajones); la burocracia no ayuda a la constitución de la empresa; la financiación es un mundo de dificultades, y poner en marcha una actividad o negocio casi siempre sale mal por falta de experiencia. ¿Es, pues, una opción el emprendimiento? Posiblemente, sea una osadía.
Metidos como estamos en un ‘boom’, y a pesar de las alertas sobre una posible burbuja, yo creo, sin embargo, que es una apuesta necesaria, enriquecedora, motivadora y capaz de optimizar el talento juvenil. Porque lo hay, y seríamos una sociedad ciega si no lo viéramos y lo aprovecháramos.
Lo malo de los ‘boom’ es que suelen dispersar esfuerzos y recursos, mientras la labor de asesoramiento, control y seguimiento se diluye en poco tiempo, sin llegar a ver resultados lo suficientemente provechosos como para garantizar que esos programas son fructíferos. La incorporación del sector público a la financiación de emprendedores ha hecho que, en ocasiones, se les acostumbre a contar con cantidades importantes de recursos, sin siquiera exigir que, junto a la idea a desarrollar, exista un equipo cohesionado y constante, capaz de convertir esa idea en producto y colocarlo en el mercado. En general, la experiencia en la gestión o la incorporación de gestores expertos a los equipos de jóvenes emprendedores supone multiplicar sus posibilidades de éxito. Tampoco esperar a la financiación bancaria ayudará a acelerar el éxito. Los bancos no deben prestar a empresas nacientes con grados de mortalidad por encima del 80%. Prestar en estas condiciones es un negocio ruinoso. Lo que hay que buscar son inversores que se impliquen en el buen fin del negocio, sabiendo que en muchas ocasiones perderán su inversión pero que, cuando acierten, verán cómo se multiplica.
Hablo desde la experiencia propia, adquirida en los más de cuatro años que lleva en funcionamiento la Red de Inversores Privados del Círculo de Empresarios de Galicia. También nosotros cometimos algunos de esos errores, que ahora intentamos paliar con una nueva filosofía, centrada en ir incorporando los recursos a medida que son necesarios y acompasando financiación, con capacidad de gestión y contactos comerciales. Porque casi siempre se trata de buscar la máxima eficiencia, de “comprar” el tiempo necesario para que el proyecto pueda madurar y dar resultados. En esto, más que ningún otro campo, el que resiste gana.
Sabemos que no son importantes las ideas (o que no son TAN importantes): a veces, basta copiarlas, adaptarlas, ajustarlas, introducir pequeñas variaciones, para que se conviertan en proyectos invertibles. Lo importante es el equipo, que, por lo general, no necesita inicialmente grandes recursos económicos, pero sí mucho apoyo, asesoramiento y algo de ‘transferencia’ del conocimiento que Redinvest puede aportar. Incluso formar parte del equipo si es necesario. Intentamos así cubrir las lagunas de otras fuentes de financiación (banca, administración, fondos de inversión). La financiación de los inversores viene detrás.