La viguesa Sandra Touza lidera un proyecto de turismo responsable que acerca a los viajeros a la población local a través de iniciativas empresariales, culturales y artesanales
Comenzaron por mostrar la industria más tradicional de Galicia a través de sus trabajadores con la “ruta conservera”. Luego vino la “ruta de los oficios”, con visita al poblado celta y taller de cestería incluidos. La ruta alimentaria, la sefardí y así hasta ochenta experiencias contadas en primera persona por sus protagonistas. Desde 2010, Ponle cara al turismo trata de acercar la población local al viajero, a través de sus iniciativas empresariales, culturales, turísticas o artesanales, fomentando así un turismo responsable.
¿Su creadora? Una viguesa, Sandra Touza, cuya madre holandesa afincada en nuestra tierra y su pasión por el turismo le hicieron dar el salto para crear una empresa propia basada en un turismo diferente que aportase valor añadido. Así nace esta consultora, dedicada al turismo comunitario , creativo e industrial, que trata de ponerle nombre y apellidos a la gente que forma parte de la economía, tradición y costumbres del punto de destino, logrando así el enriquecimiento mutuo.
Eso no es todo, la empresa trabaja también en la formación para universitarios y profesionales del turismo; ayudando a ayuntamientos y administraciones públicas a potenciar la belleza de sus recursos turísticos, y expidiendo la certificación ”Empresa Visitable. “Ponle cara al turismo industrial” que acredita el valor turístico de un negocio o comercio. Para todo esto, cuatro mujeres trabajan codo con codo, desde la distancia: Sandra Touza, creadora de la empresa; Diana Pereira, que gestiona visitas desde Portugal; Vanessa Gorgal, que hace lo propio desde Suiza; y Sonia Márquez, desde Reino Unido e Irlanda.
Desde Boiro para el mundo
En 2009, Sandra reside en Pobra do Caramiñal, aunque trabaja en el Ayuntamiento de Boiro como técnica en turismo. Al cabo de un tiempo se queda en paro y empieza a buscar alternativas a su nueva situación. De madre holandesa, Sandra pensó cómo podría atraer a más gente de otros países a conocer nuestra cultura. Ella, viviendo gran parte de su vida en un pueblo, conocía de cerca a los artesanos de la zona, a los trabajadores de las fábricas y a los vecinos, y vio que algo tan enriquecedor se le escapaba al turista convencional. Así nace Ponle cara al Turismo, con el deseo de identificar a esas personas que hacen tanto por la economía local, las costumbres y las tradiciones .El turismo que Sandra promueve ya no es un turismo pasivo, de visitas guiadas en cinco idiomas, sino uno en el que las calles las enseñan sus viandantes, las fábricas sus trabajadores y, las costumbres, sus gentes. Con la idea en mente se instaló en Vigo y empezó a darle forma. Al principio, tuvo que emplear fondos propios para sufragar los gastos que iban surgiendo. Un curso de creación de empresas para mujeres emprendedoras celebrado en Ourense, al que acudió meses después, le dio su primer empujón, logrando un premio de 1.500 euros que fue “gasolina inyectada” para poder avanzar, explica Sandra.
I´m a local
Tras seis años al frente de Ponle cara al turismo, Sandra detectó la necesidad de crear otra plataforma de economía colaborativa, como Bla Bla Car o Airbnb, en la que las fábricas y empresas fuesen las que propusieran sus propias visitas. Así nace “su otro hijo”, I´m a local, una comunidad diseñada para servir de altavoz a pequeños productores, empresas y guías turísticos y conectarlos así con viajeros de todo el mundo. Las experiencias que promueven se dirigen tanto a turistas que llegan a nuestro país, como a gente de aquí que quiere descubrir las tradiciones y costumbres del país al que viaja. Cada comercio, artesano, guía o fábrica sube a la plataforma la experiencia que propone, adjunta fotos, estipula un precio y detalla las características de la visita.
Las rutas
Desde 2010, Ponle cara al turismo ha ido gestionando y creando cada vez más experiencias. Comenzaron con la “ruta conservera” pasando por la “ruta sefardí”, la “ruta alimentaria” o la “ruta de los oficios”, hasta las ochenta experiencias por todo el mundo con las que cuentan en la actualidad.
Uno de esos proyectos que gestionan es “Vigo pesqueiro”, una idea que presentaron a Fundamar para acercar al turista nuestra primera industria, con la intención de abrirla al mundo y darle la importancia que creen que merece para la economía local. Fundamar apostó por ellas y se lo presentó al Ayuntamiento de Vigo que les otorgó la financiación para sacarlo adelante. Después vinieron la Diputación de Pontevedra y la Autoridad Portuaria. La cooperativa de armadores, el Instituto Marítimo de Pesca, el Oceanográfico, Marinetea, el CUVI o Anfaco son algunos de los socios que han decidido acompañarlas en esta aventura.
Buscando fondos
En febrero de 2016 comenzaron a buscar formación y posibles inversores para el nuevo proyecto de economía colaborativa www.imalocal.es . Empezaron por el Círculo de Valor Senior del Círculo de Empresarios, que les aportó ideas y pautas a seguir en esta nueva aventura. Con la versión beta bajo el brazo, lanzaron un crowdfunding con el que consiguieron 2.700 euros y se presentaron al programa de Google Actívate promovido por Vía Galicia, logrando por un lado superar la primera fase y, por otro, el acceso al próximo SouthSumit, un espacio que busca cada año las 100 startups más innovadoras de España. Ganaron en Santiago el premio Emprende Gaiás-Sixto Seco, con una dotación económica de 2.000 euros y, en este 2017, ya se encuentran inmersas en el programa Santander YUZZ, que les ofrece formación empresarial durante seis meses. Una oportunidad en la que guardan muchas esperanzas, ya que los participantes optan a varios premios, entre ellos, un viaje a Sillicon Valley, cuna del emprendimiento y la innovación empresarial. Cuatro mujeres al frente de una startup que acumula éxitos a su paso. Desde Vigo, para el mundo.