El documento analiza el actual estado de la ría de Vigo, cuya pervivencia fue calificada como “milagrosa, ya que convive en frágil equilibrio con las actividades humanas e industriales, acechada por el problema de falta de depuración de las aguas, pese a lo cual su grado de contaminación no es alarmante”. También repasa la situación de los distintos sectores productivos que tienen en la ría su principal eje de actividad, y repara en la necesidad de comenzar a planificar estrategias a largo plazo (a 20 ó 30 años), que permitan la compatibilidad e interacción de las distintas actividades sin poner en riesgo el futuro y gran valor de este entorno natural.

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