“Voces cualificadas”

Alex Fuste, Economista Jefe Andbank Private Bankers

La semana pasada (antes de todo este asunto de Ucrania) coincidí en el ascensor del banco con uno de los consejeros. Me preguntó, ¿como ves el 2014? Le respondí con un lacónico y solitario -“difícil”-. Rápidamente espetó un “yo también”.

Estoy convencido de que ni él ni yo imaginábamos que esa dificultad, siempre inherente en nuestro trabajo de proyectar escenarios, iba a alcanzar las cotas observadas a día de hoy. Si me lo volviera a encontrar y me hiciera la misma pregunta, hoy, no me atrevería ni a responder.

No obstante, si ustedes nos preguntan que como lo vemos, y nosotros no respondemos. Entonces, que hacemos aquí? Otra cosa es utilizar aquel recurso universal que reza … “lo mejor en estos casos es estar fuera”. En ocasiones, esa es la respuesta mas adecuada. Quizá hoy también lo sea. ¿O quizá sea esta la ocasión para recordar el famoso consejo de Nathan Rotschild recomendando “comprar con el sonido de los disparos”? No lo sé. En todo caso, todavía no he escuchado ningún disparo, así que siguiendo esa regla universal, aún no seria el momento.

Yo no voy a hablarles de lo que creo (porque como entenderán, lo que yo crea sobre el asunto de Ucrania, y nada, es lo mismo). No. No voy a hacerlo a pesar de que haya pasado estos tres interminables días buscando y leyendo a las voces mas cualificadas sobre este tema. Desde profesores expertos en asuntos de Ucrania (Andrew Wilson de la Universidad de Londres), a periodistas rusos de inclinación pro-occidental y conocedores del estilo político de Putin (Alexéi Venediktov director de la cadena Echo de Moscú), o Dimitri Oreshkin (miembro del Consejo de Derechos Humanos cercano al presidente Putin), o 25 individuos mas que pudieran tener una opinión mas o menos respetable. Ni siquiera tiene sentido que les sintetice aquí las opiniones de estos “expertos”. ¿Saben porqué? Porque incluso entre ellas, existen grandes contradicciones.

Lo que si puedo hacer (sin faltar a la verdad ni incurrir en errores de apreciaciones) es decirles lo que veo. Por ejemplo:

· Según informa Efe, Moscú debatirá con Occidente la solución de la crisis ucraniana (sin duda una buena noticia), pero insiste en que se cumpla el acuerdo firmado el pasado 21 de febrero entre el presidente ucraniano Víktor Yanukóvich y la entonces oposición (bueno, esto no debería suponer un escollo insuperable).

· Recuerden que ante la insostenible situación en Kiev antes del 21 de febrero, la UE patrocina un acuerdo entre el entonces presidente Viktor Yanukovich y la oposición. En dicho acuerdo también participa Rusia, y se perseguía el fin del enfrentamiento en la calle. Yanukovich y la oposición acceden a firmar el acuerdo, que se escenifica en sede de gobierno con la presencia de los ministros de exteriores de Francia (Laurent Fabious), de Alemania (Frank-Walter Steienmeier) y de Polonia (Radoslaw Sikorski), así como un enviado especial de Putin (que aunque no firmó, estuvo como testigo). En la firma del documento se acordó lo siguiente:

  1. Restablecimiento de la constitución del 2004, limitando los poderes del presidente y otorgando a los legisladores el derecho a nombrar ministros clave,

  2. Establecimiento de un gobierno de unidad nacional en el que estén representadas todas las opciones políticas (gobierno actual y partidos de la oposición),

  3. Convocatoria de elecciones anticipadas en cuanto se hubiera restaurado la constitución del 2004 y no mas tarde de Diciembre de 2014,

  4. Investigación conjunta de los acontecimientos violentos.

 

Sin embargo, en menos de 24 horas tras la firma del acuerdo, el congreso revocó a Yanukovich de su cargo y eligió a Alexander Turchinov como presidente. Al día siguiente, el nuevo gobierno solicita una orden internacional de aprehensión contra Yanukóvich. En el este y el sur del país aparecen revueltas, esta vez contra el nuevo gobierno de Kiev. A partir de ahí, lo que todos ya saben. Un nuevo presidente en la República de Crimea que lanza un llamamiento de ayuda a Rusia (ante lo que consideran una amenaza nacionalista desde Kiev). Aprobación en la duma del despliegue de fuerzas rusas en Crimea, etc…

· El reconocimiento por parte de la UE del nuevo gobierno de Kiev empeoró las cosas (es un hecho, no una opinión), ya que es interpretado por Rusia como una acción que deja los acuerdos en papel mojado. El origen del conflicto (y la solución), bien pudieran estar ahí! Una vuelta a la mesa de negociación del 21 de febrero, con unas nuevas elecciones que dejen en manos de los Ucranianos el devenir de su país. (perdonen, les dije que no les diría lo que creo)

· ¿Qué hace falta para desencallar la situación? (esto tampoco es una opinión relativa a este tema, ya que aplica absolutamente a todos los casos). Evidentemente, hace falta ver un primer paso. Sin duda, ver gestos como el de hoy ayuda (las tropas rusas que maniobraban en la frontera oeste de Rusia con Ucrania replegándose). Pero hace falta mas. Por ejemplo, por parte de Rusia, no creo que nadie esté tranquilo hasta que las tropas desplegadas dentro de Crimea se replieguen en sus bases. Debo decir aquí, que Anatole Kaletski escribió ayer una nota demoledora describiendo la posible retirada rusa de Crimea como un “sueño imposible”. (bueno, es solo una opinión). Por parte de Occidente, deberíamos ver algo mas que amenazas. En este sentido, la posición de Alemania de promover un grupo de contacto para discutir los asuntos de Ucrania es algo positivo (por cierto, una propuesta aceptada por Putin. Algo mas positivo aún).

· En este sentido, también es relativamente esperanzador escuchar frases como ésta: «Rusia debatirá con sus socios internacionales la situación en torno a Ucrania y las vías de salida de la crisis». Lo he leído hoy en la agencia Interfax. Es bueno leer entre líneas. ¿Que les ha esperanzado mas en esta propuesta? La disposición a “debatir la situación”. Sin duda, algo bueno. Para mí, lo mas llamativo es leer como Rusia aún considera a Occidente “Socios Internacionales” (otro pequeño gesto, y recuerden. Esto va de gestos.).

· Me dicen los veteranos del mercado que “el punto en el que este asunto se puede desencallar está en quién ofrece el primer gesto”. Pues vaya secreto! Y que “ese gesto ha de ir dirigido a satisfacer las exigencias de la otra parte”. Sin duda, nos hallamos ante un genio! Bien. Lo que podemos/debemos identificar son las exigencias de cada parte (para saber si el gesto que podamos observar en las próximas horas/días puede resultar en un hecho seminal o por el contrario tratarse de algo estéril). Recuerden que hago esto porque la genialidad de los doctores del mercado no me han ofrecido aún ninguna clave de como interpretar los hechos. Veamos:

  1. Moscú demanda el cumplimiento del acuerdo firmado el 21 de febrero en Kiev (Moscú ha acusado en varias ocasiones a las nuevas autoridades ucranianas de incumplir todos los puntos de ese acuerdo suscrito).

  2. Occidente demanda la retirada inmediata de las tropas de Crimea.

¿Quién dará el primer paso? No lo sé. Quizá ya se haya dado hoy ¿Hay razones para el optimismo? Siempre! Y en este caso especialmente porque Alemania es el país que canaliza el diálogo y ha venido marcando la política de la UE hacia el Este (junto con Polonia). Berlín parte hoy, además, de la base de que el consenso con Moscú es ineludible en este asunto (importantísima apreciación). Eso se ve claramente en el tono utilizado por Alemania en esta crisis, que aún siendo claro en el rechazo a la injerencia rusa en Crimea, está lejos, muy lejos del tono amenazante de Washington.

Hoy, el semanario Der Spiegel recoge unas palabras de Merkel y su ministro de exteriores diciendo que “sin Rusia, no habrá estabilidad en Ucrania”. (otro mensaje entre líneas). Dejemos, pues, espacio a la diplomacia, y confiemos en que, como en muchísimas otras ocasiones en los últimos 40 años, la diplomacia acabe avanzando.

Oscar Wilde describió al matrimonio como el triunfo de la imaginación sobre la inteligencia. Y definió a los segundos matrimonios como el triunfo de la esperanza sobre la experiencia.

Bien. Si hay un segundo matrimonio es porque el primero no funcionó, lo que dispara las probabilidades de que el segundo tampoco funcione. Lo que sin duda pasará si se cumple la premisa de que la esperanza predomine sobre la experiencia. De acuerdo a esto (y aquí si voy a parafrasear a una de esas voces cualificadas), sería imprescindible observar en este conflicto como las estrategias no se basan en esperanzas, como por ejemplo, la esperanza vana de que alguien (Rusia) cargue con todo el peso de la humillación (por ejemplo, retirándose de Crimea sin recibir a cambio ninguna garantía de que sus exigencias también sean consideradas).

En este sentido, repito, la propuesta Alemana de un “grupo de discusión para Ucrania que contemple los acuerdos del 21 de Febrero, y que propone también una Ucrania Federal…”, creo, sinceramente, que van mas allá de la vana esperanza, por lo que quizá, este segundo matrimonio funcione.

Espero se cumpla esta vez también aquella premisa nuestra de que, lo que acabará pasando es siempre lo menos costoso.

Dicho esto, quiero dejar constancia de que, a pesar de mi optimismo, se trata solo de eso. De optimismo. Si bien es cierto, cada uno se guarda sus razones para albergar optimismo.

Esta nota no constituye ninguna opinión. Para ello, y como reza el título de la nota, ya están las voces cualificadas.

 

 

 

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