¿Pueden la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT) y el Big Data contribuir a un desarrollo económico más sostenible? ¿Podemos/debemos empezar a pensar en la economía desde una perspectiva circular, que vincule innovación, tecnología y sostenibilidad?
De las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 en el mundo de la empresa se ha subrayado con mucho énfasis la aceleración de la digitalización. Pero hay otras que tendrán a corto-medio plazo repercusiones similares o mayores.
Economía circular y sostenibilidad han dejado de ser palabras vacías en discursos políticos. De alguna manera, la crisis sanitaria ha despertado la conciencia social y empresarial y nos ha hecho entender a todos que, lejos de ser una moda, el valor y alcance de esos conceptos, íntimamente ligados, son base indispensable para garantizar nuestro futuro.
Nuestro futuro empresarial y nuestro futuro como especie.
Así pues, estamos hablando de factores que van más allá de la buena imagen, la reputación o la responsabilidad social de la empresa, de las que inexcusablemente deberán formar parte. Hablamos del papel tractor que ha de asumir la industria en materia de innovación y desarrollo tecnológico para fortalecer la sostenibilidad.
Ya hay ejemplos de ello: desde el monitoreo del aire para reducir la polución a nuevas tecnologías y procesos que se están utilizando como agentes de un cambio sostenible para abordar problemas medioambientales.
Y en esto- no hay duda- estamos todos implicados.