El presidente de Círculo apeló a pactos de Estado, también en infraestructuras. “No es de recibo que una obra de gran envergadura sea puesta en solfa por intereses nacionalistas
Vigo, 19 de octubre de 2023.- El segundo parlamento de España en actividad- 860 horas de debate en el primer periodo de sesiones de este año, solo por detrás de Cataluña-; el tercero más barato por coste por diputado, el Parlamento de Galicia es, además, el que cuenta “con mayor autonomía de Europa”. Miguel Santalices, un “autonomista convencido”, estuvo hoy en la Tribuna del Círculo.
Un centenar de personas se dio cita en este almuerzo-coloquio, en el que el presidente del Parlamento de Galicia centró su intervención en ‘Parlamento e democracia, un binomio indisoluble”.
El acto fue abierto por el presidente del Círculo, Manuel Rodríguez, quien apeló a la necesidad de pactos de Estado en temas fundamentales: «Hace ya tiempo que la sociedad reclama pactos de Estado entre los dos partidos mayoritarios en cuestiones tan sensibles como la educación, la sanidad y la justicia».
«Yo me atrevería a incluir además las grandes infraestructuras», añadió, en referencia a la mejora de las conexiones de Galicia con España y con Europa. «No es de recibo que una obra de gran envergadura, determinante para el futuro económico, sea puesta en solfa por intereses nacionalistas».
El presidente de Círculo animó a los parlamentarios a promover «una voz fuerte y unívoca» para la consecución de objetivos que exceden de sus competencias pero que afectan directamente a Galicia, como es el caso de las infraestructuras. «En esto, el Parlamento debería ser un lobby».
Pese a que «vivimos tiempos convulsos», Rodríguez recordó que «España ha resistido fuertes convulsiones en otros tiempos y hemos madurado». Sin embargo, también puntualizó que «la democracia exige diálogo. Un diálogo, si no cordial, al menos sí leal y abierto. El juego de mayorías parlamentarias, de cuya legitimidad nadie debería dudar, tendría que atender a esas reglas de lealtad con el ciudadano y con los compromisos adquiridos. Lo contrario contraviene la seguridad jurídica».
La eliminación de trabas y trámites burocráticos, «muchos de los cuales carecen de sentido a día de hoy», fue otra de las demandas del presidente del Círculo.
Miguel Santalices fue presentado por Josefina Fernández Miguélez, vicepresidenta de Círculo, quien destacó el carácter afable de este médico ourensano, de raíces profundamente galleguistas, que entró en política desoyendo los consejos de su padre.
Debates, solo en gallego
Miguel Santalices se mostró orgulloso de presidir el “único parlamento de España que utiliza so o galego nos debates. Non hai imposición; é unha decisión voluntaria dos parlamentarios, que a min me conforta moito”, dijo, al tiempo que animó al Concello de Vigo a hacer lo mismo.
El presidente del Parlamento Gallego se refirió también a las dificultades con las que se enfrenta la institución para hacerse visible; sobre este aspecto aludió a la confusión existente sobre los poderes públicos: “É unha eiva que se confunda o governo co parlamento”. Esta situación justifica las acciones que se están llevando a cabo para dar a conocer la labor que realiza el legislativo gallego, como las visitas guiadas a la Cámara, a las que en el último año se sumaron más de 12.000 personas.
También aseguró que es un parlamento “con vocación de consenso”, un mérito que achacó (y agradeció) a todos los grupos parlamentarios que forman parte del mismo. Como ejemplo citó que en este primer periodo de sesiones de este año se aprobaron por unanimidad 17 proposiciones no de ley en pleno, y 56 proposiones no de ley en comisión.
Santalices reparó también en los cambios dialécticos que se producido en la historia de la Cámara gallega en los últimos cuarenta años: “No inicio, os debates eran máis barrocos, dábanlle voltas ás cousas para dicir a alguén que non era correcto, ‘isto non se axusta moito, quizais querería velo de novo’… Hoy, son máis directos: ‘vostede minte!’”
No obstante, “o insulto non está na orde do día, e isto agradézollo moito aos deputados”.
El presidente de la Cámara se declaró “un autonomista convencido”, máxime cuando “son un observador privilexiado do que era a sociedade antes das transferencias- poño por caso, da sanidade- e o que é agora”. En este sentido, recordó que hace cuarenta años “había que recurrir á mendicidade en hospitais de Madrid, a través de amigos médicos, para enviar doentes aos que non se lles podía atender aquí. Certamente, non poñían problemas, pero hoy non temos que mandar a ninguén a ningures”.
Asimismo, destacó Santalices la necesidad de aportaciones de la sociedad a la vida legislativa, y relató su propia experiencia durante el trámite de la Ley de Derechos y Garantías para Enfermos Terminales, de la que fue ponente. La ley contemplaba la sedación paliativa y por agonía en los hospitales. “Paroume un día unha señora en Ourense para dicirme que a xente tamén quería morrer na casa e pediume que se autorizara aos médicos de familia a dar esas sedacións. Habendo médicos e persoal sanitario na comisión e no parlamento, parecéunes mentira que ninguén se decatara desta cuestión”.
