El COWORKING: LA SOLUCION QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE

El coworking es mucho más que una opción para minimizar gastos.  Es una auténtica suma de ventajas basada en una filosofía de trabajo que fomenta la colaboración, la creatividad, el talento y la comunicación. Se desarrolla en espacios singulares que, por sus características y diseño, facilitan estas interacciones.

Cuando en 1995 se funda en Berlín C-Base, uno de los primeros hackerspaces del mundo, se trataba de un lugar físico donde las personas trabajaban y se conocían; poco después en 1999, Bernard Louise “Bernie” De Koven (1941, Appleton, Wisconsin, U.S.; game designer, escritor, humorista) acuñó el término “coworking” para describir el trabajo colaborativo a través de ordenadores; y abrió el primer espacio coworking42West24” (1) en Nueva York, que hoy continúa prestando servicios. Hay quien dice que el pionero fue Brad Neuberg quien en 2005 en San Francisco creó Citizen Space; o que quizás fue Kubic (1990) en Barcelona quien debe ostentar el honor de primer espacio coworking.  En todo caso, ninguno de estos pioneros imaginó que estaban en el punto de partida de una auténtica tendencia mundial, que a día de hoy se ha expandido en los cinco continentes por todas las grandes (y no tan grandes) ciudades del mundo.

Lo que comenzó como un pequeño movimiento de personas que trabajaban de forma independiente, dentro de un espacio común – una “comunidad”- es hoy una tendencia que crece de forma sostenida y que se ha convertido en una industria global.  No hablamos ya de espacios autónomos, gestionados por profesionales particulares o por empresas creadas a tal fin; hablamos de multinacionales capitalizadas por grandes fondos de inversión, que han visto una oportunidad de negocio en los servicios prestados a profesionales y a empresas con base en este tipo de espacios.

Se dice (según pronostica Emergent Research) que el número de espacios a nivel mundial pasará de los casi 11.000 con 976.000 usuarios, cuantificados a finales de 2016; a 26.000 espacios con más de 3,8 millones de usuarios en 2020. Un crecimiento del 23,8% en número de espacios y sobre un 41% en número de miembros.

¿A qué se debe este crecimiento exponencial?

 

¿Qué ofrecen y qué han visto en los espacios coworking perfiles profesionales y entidades tan dispares como autónomos, pymes y grandes corporaciones internacionales, para hacer uso común de sus servicios?

El coworking es mucho más que una opción para minimizar gastos, cuestión que seguramente prima en muchos casos.  Es una auténtica suma de ventajas basada en una filosofía de trabajo donde se fomenta la colaboración, la creatividad, el talento y la comunicación. Se desarrolla en espacios singulares que, por sus características y diseño, facilitan estas interacciones.

Sus usuarios tradicionales han sido – y siguen siendo – profesionales autónomos, pequeñas empresas, emprendedores y startups, que, establecidos en un mismo espacio abierto, desarrollan su trabajo particular, pero además unen fuerzas puntualmente para facilitar el desarrollo de ideas y proyectos; que encuentran en este tipo de espacios grandes facilidades inexistentes bajo el modelo de oficina tradicional: todos los servicios incluidos en tarifas muy asequibles, inmediatez “plug & play” de instalación, flexibilidad horaria y de disponibilidad de puestos, networking con profesionales de distintos sectores, colaboración innata, innovación y, en general, una mejor adaptación a las nuevas fórmulas de trabajo y a los nuevos perfiles profesionales.

La nueva fuerza laboral, donde nuevo no implica junior; y que, con base en los avances de la tecnología, ha cambiado el dónde y el cómo desarrollar su actividad: de forma más flexible en cuanto a localización (“en remoto”) y horarios; con habilidades transversales y nuevas competencias; interesados en los nuevos sectores en desarrollo: PRT´s, medioambiente, economía compartida, deportes del futuro, 3D, big-data, internet de las cosas, cryptodivisas o sistemas financieros alternativos, entre otras; que prefieren desarrollar su actividad en espacios mucho más abiertos y flexibles; que permitan pasar -según la necesidad del momento, el proyecto o la actividad- de puestos de trabajo unitarios/individuales, a formatos de equipo; de forma rápida, eficiente y barata.

A esto se debe el crecimiento exponencial que se ha dado y que se pronostica, en número de espacio y usuarios, porque efectivamente convergen las necesidades y tendencias del mercado actual y futuro: ÁGIL, INMEDIATO, FLEXIBLE, REMOTO, EFICIENTE, MIX DE PROFESIONALES, TALENTO SUMADO A HABILIDADES, CREATIVIDAD, COLABORACIÓN, COMUNICACIÓN y SINERGIAS, son las características de los servicios que se ofrecen en los espacios coworking.

Coworking corporativo

 

Surge además un nuevo escenario: el COWORKING CORPORATIVO tal como queda de manifiesto en un reciente artículo publicado por el Financial Times, titulado “Big Business moves into coworking spaces” (“Las grandes empresas se trasladan a los espacios coworking”), que, entre otras cosas, mencionaba: “si el coworking es el futuro, las grandes empresas quieren una parte”. Hablamos de grandes y conocidas empresas, de sectores tan dispares como CocaCola (bebidas), HSBC (banca), The Guardian (prensa), KPMG (auditoria, abogados), General Electric (electrónica), Master Card y American Express (financieras)… con una estrategia común: han decidido instalar a empleados y numerosos equipos de trabajo y proyectos, fuera de sus instalaciones físicas, trasladándolos a espacios coworking.

Las ventajas que estas empresas – y otras muchas- han detectado, son las mismas que, inicialmente, detectaron, autónomos y pymes: bajo coste (todo incluido), inmediatez (desde el minuto 1 empiezas a trabajar), flexibilidad (pagas solo los puestos que utilizas, durante el tiempo que los utilizas), optimización de espacio/recursos (está demostrado que hasta 9 puestos de trabajo es más eficiente un coworking que una oficina propia); sumado a todos los intangibles como: networking, innovación, colaboración y adaptación a las nuevas fórmulas del mundo laboral. Gran valor añadido a precios muy ajustados.

Todo ventajas pensando en incremento temporal de equipos de trabajo, nuevas delegaciones comerciales, equipos de proyecto, grupos de innovación, atractivo de captación para jóvenes profesionales del sector TIC (talento), intraemprendimiento; deslocalización por concentración de sectores (competencia en la captación de talento), “bonus acercamiento a casa” para empresas de otras CCAA o países, etc..

Para todas estas opciones y muchas más que varían según la actividad del profesional o la empresa, el coworking es la solución, una solución que llegó para quedarse.

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